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Tuesday, February 16, 2016

¿Por qué leer?


 


Seguramente muchos nos hemos cuestionado el porqué de leer. Tal vez algunos lo hacen para justificar su propia pasión por la lectura, buscan razones por las que las letras se han convertido en una costumbre y algunos otros, puede que lo hagan porque, ya que no tienen este hábito, el encanto y satisfacción que ofrece la lectura constituyen un gran interrogante, que además, tal vez nunca se resuelva. Y es que no existe una sola manera de leer, pero siempre existe una razón esencial por la que se debe leer. Leer es un hábito solitario, es una de las mayores satisfacciones que puede ofrecer la soledad y que además, tiene la capacidad de devolver a la otredad; la lectura es un encuentro con un otro y por eso calma la soledad. 



Dentro de la descripción de la lectura como un hábito solitario, existe más de un punto de vista que puede llevar a concluir que lejos de mantenernos en la soledad, la lectura nos abre otras puertas, entre ellas, la de la mente del autor...¿estaríamos solos en dicho caso?, deambulando por la ideas de un extraño, puede que no sea un cercano, pero nos ha dejado una parte de su pensamiento, que en un última instancia, y aunque nos "separe" un poco de la realidad, nos sumerge en otra, en la de su mente. Por otra parte, una de las grandes ventajas de la lectura, está en su incondicionalidad. Como todos sabemos, la amistad es vulnerable y tiende a desaparecer mientras que los libros no cambian ni se alejan de nosotros, siempre están ahí. Leemos porque preferimos los libros y no las amistades menguantes. 

Podemos leer por muchas razones, por ejemplo para pasar el rato, pero el motivo debe ser siempre el interés propio. Cualquiera  que sea el motivo, leer siempre es una carrera contra reloj. Volviendo a los motivos que justifican el amor por la lectura,  su fuente está en la relación con lo que alguna vez nos conmovió, lo que alguien nos inculcó, lo que alguna vez nos consoló; hasta el más pequeño de los detalles, pudo haber sido el comienzo de una gran pasión por leer, pero como se dijo en las primeras líneas de este párrafo, el motivo principal para leer siempre debe nacer del interés de cada uno.

Al describir la lectura, algunos la identifican como un acto egoísta debido a que cuando alguien lee no puede mejorar directamente la vida de nadie. La creencia popular siempre ha sido que la lectura individual estimula el cuidado por los otros, pero no es así; los placeres de la lectura solitaria no aportan al bien publico. 


La manera en que leemos hoy, depende en parte de nuestra distancia interior o exterior hacia los textos literarios, qué tan cerca estuvimos de los placeres de la lectura, qué contacto tuvimos con los libros, ¿dicho contacto se inició a una temprana edad? La manera en que se nos haya sido presentada la literatura en el colegio, en la universidad o en cualquier otro escenario, desempeña un papel de gran importancia al momento de crear un hábito de lectura. Una vez que la lectura se convierte en una costumbre inspirada por el deleite de sus ventajas, puede que, desde un punto de vista, los pasos siguientes sean individualistas y hasta egoístas. Se dice que la lectura no contribuye al bien común, sino que al contrario crea un mundo de la otredad, la otredad de uno mismo, de los amigos o de quien queramos ver como el otro, pero por otro lado, ¿qué sería del mundo y de sus pueblos sin los amantes de la lectura?

“No leáis para contradecir o impugnar, ni para creer o dar por sentado, ni para hallar tema de conversación o discurso, sino para sopesar y reflexionar” Sir Francis Bacon

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