El grafiti es
para muchos una forma contemporánea del muralismo, que va en contra del
individualismo, que se expresa en lugares públicos y que se compromete con
todos, además de que debe estar expuesto a la mirada del mundo entero.
Los sitios
valorizados por el grafiti ahora se convierten destinos turísticos para un
segmento de viajeros amantes del arte.
El grafiti ha ido
tomando tanta fuerza en la ciudad de Cartagena ,que en 2013 gracias a la intervención de
Vértigo Grafiti se realizó el I Festival Internacional de Arte
Urbano de Colombia, con el cual se plasmaron 23 obras en diferentes puntos
del barrio Getsemaní.
Está plasmada los aspectos culturales de ayer, hoy y la prospectiva de Getsemaní donde se está viviendo un problema de gentrificación (proceso de transformación urbana en el que la población pobre original de un sector o barrio deteriorado es desplazada). cada mural tiene un contexto histórico, político y económico del barrio y sus sitios emblemáticos
En este grafiti el
artista Cazdos Ecks busca
representar los lugares más representativos de Getsemaní para poder encender el
amor por este barrio y tratar de convencer a las personas de que no vendan sus
viviendas, que resistan y así poder ser “libres”;
¿libres de qué? ¿Resistir
qué?
Pues el proceso de gentrificación que están viviendo las personas del
barrio Getsemaní, ya que han sido prácticamente desplazadas al ser persuadidas
de vender sus viviendas.
Siguiendo la misma línea de Ecks, el artista llamado Cartagenero da la bienvenida al barrio
Getsemaní, a sus coloridas y pictóricas calles, a su gente y a su cultura, sin
embargo aclara que no está en venta, ya que desea que su historia perdure.
Por otra parte, el artista Jade intenta mostrar la cara oculta de
Cartagena, su gente humilde, sus conflictos, pero también su pobreza. Todo
aquello que el turista extranjero no logra ver porque se dejan deslumbrar por
su belleza.
A su vez, el reconocido Saga se inspira en la representativa
mujer afro de Cartagena, en su alegría y espontaneidad, sin dejar de lado su
voluptuoso cuerpo. Por otra parte, Saga se basó en el conocido y ya fallecido
cantante Joe Arroyo y su canción “rebelión”, donde el cantante invita a tratar
bien a las negras esclavas y a no maltratarlas.